martes, 24 de agosto de 2010

Amanecía; más allá de las montañas, desde donde había comenzado su viaje, el sol asomaba tímidamente su luz.

Luryna abrió los ojos; no recordaba haberse quedado dormida, y mucho menos, el momento. Se levantó rápidamente y al salir de la tienda quiso gritar, pero de su boca no salió sonido alguno. Sobre la arena de la playa yacían decenas de cuerpos, todos vestidos con ropas oscuras. Miró a su alrededor; no había rastro de su guardián; ¿estaría entre aquellos cuerpos? ¿O la habría abandonado a su suerte? Con paso lento y tembloroso, se acercó a uno de los cuerpos; llevaba puesto una capucha negra que le cubría la cara casi por completo, una capa también negra y unos pantalones y una cota de mallas. Le dio la vuelta y le retiró la capucha; el corazón le dio un vuelco: era humano.

Le llevó sus dedos a su cuello; estaba muerto. Al retirarlos, se percató de que había una especie de dibujo que parecía empezar en la parte superior del cuello. Asustada, le quitó como pudo la cota de mallas y lo que vio, la hizo desmayarse.



***



Luryna abrió los ojos; no recordaba haberse quedado dormida, y mucho menos, el momento. Se levantó rápidamente y al salir de la tienda encontró alguien sentado de espaldas a ella: reconoció la túnica azul marina y la diadema de cuatro alas negras.

-¿¿Dónde están todos los cuerpos que había aquí hace un momento??

-No he visto a nadie. ¿No habrás tenido una pesadilla?

-¡Estoy segura de que no! ¡Estaban aquí hace un momento!

-¿Ves a alguien más aquí, además de nosotros dos?

-¡No, pero... pero lo que vi era real!

-Hasta que has despertado, he estado aquí sentado, vigilando durante la noche, y no he visto a nadie. Has estado largo tiempo durmiendo; habrá sido una pesadilla.

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En ocasiones, las pesadillas son tan reales...



O quizá no; pero, ¿quién puede negarle la palabra a alguien con tal fama de asesino?

domingo, 25 de julio de 2010

Envolvió un poco el bocadillo en papel plata, y se levantó.

-Mantente siempre alerta, Luryna; ya sabes que cómo se mueven los seekers.

Era su primera noche desde que salió de la Ciudadela y ya lo había olvidado por completo; los seekers, como así se hacían llamar, pertenecían a una de las sectas más poderosas que podían existir en el mundo. Rendían culto a la Oscuridad, y se rumoreaba que su líder, era la propia Muerte; aquello era curioso: nunca se les ha visto como esbirros del soberano Dios de la Oscuridad Eterna, sino más bien como eso, como una secta aparte que servía a la Muerte. Daba que pensar, dado que todos los que habían tratado de recopilar información sobre ellos, nunca han vivido para contarlo: eran seres expertos en el asesinato nocturno.

-Lo siento... de verdad que lo siento.

-No importa; ahora que estoy aquí no tiene nada que temer.

Aquello no le ayudaba demasiado. Sabía que estaba segura; le habían asignado uno de los mejores guardianes del Reino de Rosián para completar la misión que se le había encomendado, pero había oído muchas historias acerca de él: Se decía que fue capaz de arrasar una aldea con un solo movimiento de su espada matando a muchos inocentes; su apodo de “El Hijo de la Muerte”... no; la verdad es que no estaba muy tranquila que digamos.

Pero sabía que estaba segura.

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Porque hay determinadas personas que te transmiten seguridad, sin tener la necesidad de conocerlas.

Y porque a veces no hay que hacer caso a lo que cuentan las historias; porque ya se sabe: esas historias habrán ido pasandoy pasando, y al final habrán acabad convirtiéndose en algo completamente diferente. Muchos de vosotros seguro que lo habéis experimentado alguna vez.

jueves, 15 de julio de 2010

-¡¡Me has asustado!!

-Ni siquiera te has molestado en mirar si estaba. Te pierdes cada vez que tienes arena de la playa a tus pies.

Tenía razón; sentía pasión por la costa. Ella misma lo había dicho más de una vez: “Si tengo que morir en algún lugar, que sea aquí, en la orilla del mar.”

-Lo siento...

La chica suspiró, entre culpable y a la vez aliviada, al saber quién le había pegado aquel susto de muerte. La antorcha que llevaba el sujeto en cuestión, le hizo ver con mediana claridad su silueta: vestía una túnica azul marina que llegaba hasta el suelo, y en la cabeza, llevaba una diadema, de la cual brotaban cuatro alas negras que parecían formar una especie de pirámide.

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Da que pensar, ¿no? En los tiempos que corren, ver un sujeto tal no es algo muy común, y si se viera, sería etiquetado como “friki”, o un personaje haciendo un “cosplay”. Pero, ¿por qué Luryna lo veía con tanta naturalidad?

martes, 13 de julio de 2010

El rumor del agua llegó a sus pies como si los hubiera echado de menos mucho tiempo; pero se marchó tan rápido como había llegado aunque no tardaría en volver, puesto que el mar es muy caprichoso, y manda sobre el agua y las criaturas que habitan en ella.

Anochecía; el sol comenzaba a ponerse entre las montañas y el propio mar más allá del horizonte, formando una de las estampas más bonitas que puede dar la Madre Naturaleza.

Caminaba sobre la arena de la playa, sin rumbo fijo; solamente quería sentir la brisa marina tocando cada uno de los rincones de su piel; se sentía llena de vida.

Para ella, aquel era su hogar: el mar, la arena, la brisa... se quedaría allí para siempre, contemplando tan bello paisaje mientras sus pies la dirigían por la orilla.

Anocheció, y aquella chica fue alejándose de la orilla, dispuesta a acampar para descansar, después de tan largo viaje. Llevaba consigo una gran mochila con víveres y utensilios para montar una tienda de campaña, y encima de ella, un saco de dormir. Soltó la mochila, sacó de ella la tiendo y la desplegó sin problemas. A continuación, desenrolló el saco de dormir y lo introdujo dentro de la tienda. Luego, metió de nuevo la mano en la mochila y sacó un bote lleno de aceitunas y un bocadillo de jamón y queso envuelto en papel plata, y se dispuso a comer.

-Llegas tarde, Luryna.

La chica dio tal respingo que casi se muerde la lengua, cuando estaba dispuesta a dar el primer mordisco al bocadillo.

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Nunca os descuidéis cuando estéis solos. Por muy tranquilo que esté todo, siempre puede haber alguien, que sin tú esperarlo, te sorprenda.

Recordadlo. ^^

lunes, 12 de julio de 2010

Bienvenidos a mi humilde rincón.

Me sumerjo en el mundo propiamente dicho de los blogs por primera vez; espero poder sobrevivir en él por mucho tiempo. Ahora estoy comprobando sus múltiples variables y posibilidades, así que próximamente comenzaré a postear seriamente.


"¿Sobre qué?"


Bueno, eso es una incógnita incluso para mí. Digamos que cada día habrá algo nuevo: quizá una historia, una crítica o incluso algo completamente rocambolesco.


Sin más, me despido por hoy.


"Esta es mi historia, y tú formas parte de ella."